En la madrugá
Si ya madrugar es una prueba para las voluntades, que la hora de levantarse sean las 6 y media raya la tortura.
Pero tener un testigo de que a pesar de lo que te quieran contar, la hora real a la que te estás levantando es aún más temprano... no tiene precio :S
Y que no sepa yo como cambiar el reloj del horno, ¡¡tiene tela!!