Hace muuucho tiempo que no posteo, y la verdad es que se hace un poco cuesta arriba, se pierde pronto la costumbre de sentarse cada noche un ratito para intentar escribir unos párrafos con algo de interés. Como poco, es un buen ejercicio de memoria, pensar en algo que nos ha pasado e intentar transcribirlo de una manera más o menos coherente. Y sí, el título de este post es muy parecido al del post anterior, pero es que el sábado pasado (¡no! ¡el anterior! ¿tanto tiempo hace ya?) fue eso, un buen día. Estupendo diría yo.
Comento para los que no lo saben (una minoría porque los que leen este blog son todos bastante cercanos) que el día 5 fuimos a Córdoba a los patios. Logramos engañar a unos incautos, llegando nuestra expedición a ser de 7 personas. De manera que empezamos el viaje muy temprano (no tanto como a J. le hubiese gustado, ya que como él dice, cualquier cosa que sea salir más tarde de las 6 es ya tarde), pero suficientemente pronto como para tener que levantarme a la indecente hora de las 7, es decir, a la misma hora (casi) que me levanto a diario para ir a trabajar, ¡incluso antes!.
A las 8.15 estaba yo en casa del sr. negro, pero como O. no había llegado (luego nos contó que había sido despertado por la llamada del sr. Negro, cosa que tampoco nos extrañó) pasamos por cerca de su casa a buscarlo. Gran frase nada más entrar en el coche: no digáis nada, no he llegado tarde, esto no ha pasado :P. Después de reunirnos con el resto de la tripulación, hicimos reparto de coches, y tuvo lugar el magnífico concurso de canciones que hicimos en el peryot, porque como había grabado un CD para la ocasión, se convirtió en una competición a ver quien adivinaba la canción. Realmente fue bastante difícil, hubo algunas grandes pistas, otras grandes desconocidas, y finalmente el Sr. Negro ganó por 7 aciertos, seguido de J. con 6, y aldora que se quedó porras con 1 solo acierto (empezó muy bien pero luego... más o menos como yo en el Buzz). Bien es cierto que tenía canciones bastante rarunas, de esas que me gustan a mí, con grupos como Mendetz, Fall Out Boy, 10CC, P!nk, Platero y tú, Shakira,Pulp, La barca de Súa... lo mejor de lo mejor, pero claro, nadie sabía la mayoría xD. Es que no estaba pensado para ser un CD-concurso. La próxima vez lo tendré en cuenta.
A mitad de camino paramos a desayunar en Lucena, y allí las casualidades de la vida (o serendipitias o algo así, como parece que se llaman ahora, mira tú que pijada y además no está en el DRAE, exijo que alguien me diga qué son exactamente si no son el azar puro y duro de toda la vida) nos hizo encontrarnos con E. E. es una amiga cordobesa de J., con la que no pudimos quedar porque se iba a Málaga. Y mira tú por donde, ¡nos la encontramos en el mismo bar donde fuimos a desayunar parando a la misma hora! eso son casualidades y lo demás son tonterías.
Después del momento místico del asunto (lo del azar, digo) partimos de nuevo rumbo a Córdoba. No se si antes o después fue cuando vimos la silla esa enorme donde está el museo de la silla, vaya paranoia, nunca me lo habían dicho. Lo vimos a lo lejos, claro, no nos paramos jejeje. Y bueno, una vez llegados allí, fuimos a los patios propiamente dichos, que son realmente bonitos. Sí, me encantó el ambiente que había, mucha gente pero todo el mundo en un plan muy tranquilo, sin borrachos vomitando por las esquinas, los patios preciosos con los geranios y muchas flores de cuyo nombre no puedo acordarme (nunca lo supe). La verdad es que se veía una celebración más tradicional, parecida a lo que antiguamente habían sido las cruces, pero sin degenerar en lo que actualmente se han convertido. Además ya lo decía O. es que Córdoba tiene un ambiente que da gusto pasear por sus calles, las casas de color blanco con los bordes pintados color albero... precioso.
Después de dar vueltas por los patios ya iba siendo la hora de comer (y beber) así que nos acercamos a la cata de vinos. Lo de nos acercamos es un decir porque estaba tela de lejos. Después del alpargatazo ya iba apeteciendo beber algo. Cuando llegamos allí, vimos en lo que consistía la famosa cata: un montón de casetas, cada una correspondiente a una bodega, donde se podían comprar botellas y tal. Muchas personas, muy animado, y la gente ya dándole al vaso, a la manzanilla y eso como corresponde a una celebración de este tipo. El caso es que un tío de P., natural de un pueblo de Córdoba, tenía una bodega con un puesto allí, así que a ella nos dirigimos. Y cual no es nuestra sorpresa cuando vemos a muchas personas con sus tuppers allí poniendose púos de comer. Toda la familia de P. allí, y cuando nos vieron llegar, empezaron a ofrecernos que si salmorejo, que si morcilla, queso, jamón... nos fuimos de allí porque ya ¡¡gorronear tanto era demasiado!!
Este glorioso momento vino precedido de un momento algo menos glorioso, porque fuimos a comer (todavía teníamos hambre, sí) y en el primer sitio que vimos abierto allá que nos metimos. Iba yo con mono de salmorejo, porque el de la madre de P. estaba de muerte y me había entrado antojo. La mitad de nosotros quería, pero oh fatalidad, cuando ya estabamos ahí resentados va y nos dice la chica que no hay. Como estábamos tan cansados, cualquiera se movía, pero por ello nos quedamos sin salmorejo :(. Por la tarde seguimos dando vueltas por Córdoba, tomamos café en una terraza super agradable (aunque hubo un momento en que parecía que iba a caernos el monzón) y ya para las 9 o así nos volvimos para casa, teniendo en el camino una conversación muy trascendente sobre el envejecimiento y la madurez :PPP
En resumidas cuentas, un viaje muy recomendable, ¡¡el año que viene volveremos con nuestros propios tuppers!! (para así gorronear sin parecer mendigos :P)