Por la mañana comenzamos visitando el
Palacio de Verano. Es un jardín enorme con su lago central e incluso una isla unida a la orilla por el llamado
puente de los 17 ojos. Este parque es espectacular, no solo por su tamaño sino también por su belleza. Los parques chinos, al contrario que los franceses, buscan imitar la naturaleza, de manera que incluso los escalones que unen los diversos edificios en medio del bosque se crean desiguales con piedras para que parezca que estás bajando por medio del monte. Esto hace, por supuesto que la bajada sea algo más peligrosa xD. Además del parque y el lago, en lo alto de una montaña que forma parte también de todo esto hay una zona religiosa con unos templitos y estatuas de buda, una de ellas enorme. Subiendo por esa zona nos encontramos a una abuelilla milenaria que subía las escaleras como si tuviese la mujer 20 años. Al vernos se sorprendió mucho y quiso hacerse una foto con nosotros xD. Al rato de hacérnosla ¡nos la volvimos a encontrar! ¡nos habían adelantado! Algo tiene que tener la soja porque eso no es normal :P
Alrededor del lago central hay un corredor cubierto por el que podemos imaginarnos a la emperatriz dando sus paseos para que no le diera el sol (o no le cayera la lluvia). Ahora el pasillo está llenito de turistas (sobre todo locales) que se sientan en las barandas a descansar, a comer, a dormir o a lo que sea. Es lo que tiene el turismo, hace que se requiera mayor imaginación para generar las imágenes mentales ;)
Desde diversos lugares de la orilla se pueden coger unos ferris de aspecto chino que te llevan a la otra punta, o a la isla central. Nosotros cogimos uno, no solo para ahorrarnos el viaje a pateja alrededor de todo el lago, sino por dar el paseito que la verdad vale la pena. Lo suyo es coger una barquita de remos o de pedales para darse una vuelta pero el resto de la expedición no estaba de acuerdo así que nos dejamos llevar en el ferry que además estaba vacío.
Desde un lado del lago se puede ver el otro y entre la bruma de la contaminación, se pueden ver paisajes tan zen como este.
Después de cenar sushi en el restaurante japonés al que ya fui en mi anterior visita a hermano, decidimos acercarnos a la zona de la villa olímpica. Según se ve en las fotos, es lo más que nos pudimos acercar, porque en ese momento los juegos paralímpicos aún estaban celebrándose y las medidas de seguridad eran grandes. Por otra parte, un detalle rastrero fue que en un paso elevado desde el cual se podía ver perfectamente el cubo de agua y el estadio del nido, habían puesto una especie de vallas opacas para que no se pudiese ver nada... En fin, estos son los testimonios gráficos:
Foto de la villa olímpica, el edificio con forma de llama olímpica. Esta foto está hecha con un tiempo de exposición aleatorio :PPP (como si yo supiese lo que es esto jeje)
Después del paseazo, cogimos un taxi para el hotel, que el día ya había dado bastante de sí...