miércoles, 24 de septiembre de 2008

Orient Express (II)

El segundo día del viaje estuvo destinado al conocimiento y exploración de la Ciudad Prohibida. Es un palacio enorme que contiene a su vez más palacios y jardines, conformando lo que en su día era una ciudad entera en la que vivía el emperador y toda la corte. Además de la belleza de las construcciones, cabe destacar los nombres que tienen, como Palacio de la Pureza Celestial, Sala de la Armonía Suprema, Palacio de la tranquilidad terrenal... En fin, todo muy chinorri y con esos epítetos tan bien puestos :P

Uno de los patios principales, son las típicas construcciones de tejados dorados.

La verdad es que poco se puede decir de este monumento si no estás allí para verlo, ya que es difícil hacerse una idea de lo increible que es. La entrada desde la plaza de Tiananmen con la puerta con el cuadro de Mao ya es espectacular, y dentro se suceden los palacios y las estancias, todas con un estilo totalmente oriental, con las portadas de madera pintadas en tonos rojos, verdes, azules y dorados.

Aquí una de las enormes ollas doradas que había por alli... y como no, haciendo un poco el tonto xD.

Curiosa la manera de animar a los visitantes a que no maltraten el entorno con su basura.

Por la tarde tomamos el famoso pato laqueado, o pato pekinés. Está super rico y es de lo poco que mis compañeros de viaje disfrutaron comiendo. Recomiendo encarecidamente tomarlo si vais alguna vez a Pekin, ya que aunque es manifiestamente más caro que otras comidas, al cambio sigue saliendo muy bien de precio.

Por la noche pasamos por la zona de los pinchitos. Es una calle enorme cuajada de puestos en los que se vende una variedad enorme de pinchitos, a cual más dañino para el estómago. Aunque hay cosas que son habituales para nuestro paladar (pinchitos de cordero, de riñones), el hecho de verlas junto a pinchitos de capullos de seda, de alacranes, o de otras cosas indescifrables, hace que se te corte el estómago. Además el olor de un aceite extraño no hace mucho por mejorar la situación. En cualquier caso es un lugar al que hay que ir, porque aunque no tenga pinta de ser muy antiguo (los puestos son modernos y de plastiquete) allí puedes ver a gente comiendo alegremente cosas que ni se te ocurriría que se pueden consumir sin causar enfermedades jejeje.

Paseando por esta zona vimos una de las pocas iglesias católicas de por allí, la iglesia de San José. Resulta muy exótica en el lugar donde está, además rodeada de edificios modernos y de carteles en chino. No pudimos entrar porque estaba cerrada...

Después de eso fuimos a tomarnos un copazo a una zona de moda que hay al lado de un laguito... como es zona de guays, nos clavaron, lo que quiere decir que nos cobraron el equivalente a lo que cuesta una copa aquí, es decir, una salvajada. Con el cuerpo cansado de tanto movimiento, nos fuimos a dormir...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Oh que viajecito me he perdido! :(
Pero al menos me tiene bien informada :D

Anónimo dijo...

Esperaba una foto de los suculentos pinchitos :P

Zel dijo...

Bueno, es que es difícil captar lo suculentos que son los pinchitos con solo una foto! el olor es algo que los hace ya indescriptibles xDD Y bueno, espero que con los post puedas hacerte una idea más o menos de lo que fue!!