miércoles, 21 de marzo de 2007

I just called to say...

En los últimos días he recibido dos llamadas que me han hecho mucha ilusión. Han sido de dos personas a las que quiero mucho, y de las que hacía tiempo (de una más que de la otra) que no tenía noticias.

Me encanta hablar (es algo que la gente que me conoce sabe de sobra :PP), y el hecho de que alguien se tome la molestia de llamarme para ver como me va la vida, porque se ha acordado de mí y quiere saber qué me cuento, es algo que valoro mucho. Quizá tenga algo que ver que ya las llamadas de teléfono se han relegado a la función de dar recados, avisar de que llegas tarde, dar algún tipo de encargo... Ese gesto típico, tan común antes, de llamar por teléfono para pasarse horas poniéndose al día de los últimos cotilleos, de lo que te ha pasado en la semana, se ha perdido bastante, por lo que resulta aún más sorprendente. Por eso cuando recibo llamadas de gente que está lejos o a la que por lo que sea no veo mucho, y que por tanto no son para decirme oye que llego tarde, o que al final no salgo, sino para interesarse por mí, para quedar y tomar un café, para retomar como si el tiempo no hubiese pasado esta amistad que aún tenemos, me da mucha alegría.

Con respecto a estas dos personitas que me han llamado, una de ellas es L, gran amiga de la experiencia boquerona a la que echo mucho de menos. Me ha alegrado bastante saber de ella porque la verdad había intentado localizarla en otras ocasiones y no lo había conseguido... Es curioso hablar con ella de su realidad actual, que antes era la mía, del entorno que tan bien conozco, y que me ponga al día de la gente, lo que hace, el proyecto, y ver que ya no es mi realidad, que ya no estoy allí... ya dije en alguna ocasión que eso me ponía triste a veces, aunque supongo que es ley de vida ir evolucionando y que los caminos se vayan separando. Supongo que en este caso me resulta más duro porque la decisión de la separación vino por mí, es decir, cuando uno deja por ejemplo el instituto, la facultad, se aleja de los que han compartido su tiempo durante esa etapa común, pero esa etapa se acaba porque es así, porque son 4 años o 5 y ya toca separarse. Sin embargo en mi caso la etapa allí se acabó porque decidí volver al terruño, y por tanto siempre puedo pensar como hubiese sido si me hubiese quedado allí... Paranoias aparte, tengo muchas ganas de verla así que ya iré organizando una incursión proximamente.

Y la otra es mi querida H, amiga desde tiempos del instituto. Con H. me pasa una cosa curiosa, y es que pase el tiempo que pase, cuando nos volvemos a ver, da la sensación de que nada hubiese cambiado... los problemas, las conversaciones van cambiando pero esa sensación de confianza, de poder hablar y decir las mismas tonterías de siempre (y otras nuevas) siempre se mantiene. Así, aunque pasen meses entre una vez y otra que nos vemos, un buen día una se acuerda de la otra, nos llamamos y volvemos a vernos, y todo es igual. Y así llevamos desde los 16 años :D

En definitiva... ¡¡Gracias por llamar!!

4 comentarios:

DoyFe dijo...

Pfff no se que decirte, yo si quieres pues te llamo una vez a la semana (si eso te hace a ti más feliz, no hay más que decir) :P.

J. dijo...

Quise decirte, vida mía,
lo que por ti yo estoy pasando
pero no pude, pero no pude porque estabas
comunicando, comunicando, comunicando... (8)

P.D.: ¿La señorita H no será en realidad la señorita E que no acepta su inicial?

Rebeca dijo...

La verdad es q es un placer que se acuerden de ti cuando estas lejos, que te llamen y contarse las cosas... la verdad q es una sensación super agradable.

Zel dijo...

Notariaaa si a tí te veo todas las semanas (no hay manera de librarse), aunque si me llamas por mi perfecto :DDD

Holandés, sí, la señorita H es la señorita E que no acepta su inicial... ¿pero acaso no es más bonito con H que sin ella? Y no te apuntes ahora a la moda de las canciones :PPP

Y por último, Rebe, sí, es muy guay que alguien se acuerde de tí, así además no se pierde el contacto, así que ¡llamemos! aunque con esto hagamos ricas a las compañías telefónicas que nos sacan la sangre...