domingo, 27 de enero de 2008

Voy hacia el sol y vengo del camino.

Hace ya casi un mes que acabó el 2007, y no he comentado nada al respecto. El típico post sobre los propósitos de año nuevo y demás ya queda un poco fuera de plazo, pero las cosas a mi alrededor no hacen más que cambiar y todo parece vuelto del revés ultimamente, de manera que se me hace necesaria una reflexión contínua sobre qué va a pasar en estos próximos meses, y qué relación tiene con lo que pasó en los 12 previos.

Ya hice mi análisis personal de lo sucedido en el 2007. Tener una agendita donde se apunta lo que se hace es muy útil en estos casos, sobre todo con mi memoria de grillo. A partir de los mensajes que recibes se pueden recordar muchas situaciones y estados de ánimo, y revivir momentos que por lo cotidiano (cervezas, cafés, conversaciones) podrían caer en el olvido. También comprobé cuáles fueron las decisiones que tomé a principio del 2007, lo que quería hacer y lo que realmente llevé a cabo, de las cosas inesperadas que pasaron (buenas y malas) y como resultado he de decir que el 2007 no ha sido un año para recordar muy alegremente, la balanza lamentablemente se ha decantado hacia el lado oscuro, porque la acumulación de momentos felices no ha podido compensar los grandes sucesos ocurridos...

Sin embargo, mi naturaleza inconsciente (cada vez me doy más cuenta) me hace sufrir poco, curarme rápido de las cosas, vivir en un estado de felicidad media (incluso alta) que a veces podría no corresponderse con lo que realmente pasa. Es cierto también que objetivamente tengo mucha suerte con mi situación, y en general tiendo a no pensar en lo que me falta (y no de manera consciente). Las cosas que me hacen sentir mal quedan en un estado de letargo en el fondo del cerebro, controladas en la mayoría de los momentos y sólo salen a la luz en contadas ocasiones. En resumen, a pesar de que el año no ha sido bueno (no podría serlo), he sido feliz en muchas ocasiones (la mayoría), y a veces me lo reprocho... Parte de todas estas reflexiones vienen a cuento de muchas conversaciones profundas que he tenido a lo largo de este año, y que me han ayudado a comprender como soy, o a dejarme claro que no comprendo por qué soy así ;) Como punto de partida para mí es suficiente... quedan 11 meses para continuar caminando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eres una flipá. Y yo sé el motivo de por qué tanta felicidad y es porque me conoces a mí

Besos
Pepa